Del 11 al 17 de octubre de 2018
El motivo principal fue el de seguir uno de los consejos de San Josemaria que nos recuerda en su libro És Cristo que pasa, n.107: «…hay que mirarse en El. No basta con tener una idea general del espíritu de Jesús, sino que hay que aprender de El detalles y actitudes. Y, sobre todo, hay que contemplar su paso por la tierra, sus huellas, para sacar de ahí fuerza, luz, serenidad, paz.»
Después de casi un año trabajando con mucha ilusión en este proyecto, se hizo realidad este peregrinaje. No se trataba de un simple viaje turístico, sino de un viaje en el cual lo más importante era el seguir las huellas de Jesús por las tierras de Palestina. Cada día se celebraría la eucaristía en un lugar diferente para ir recordando los lugares por los cuales pasó y vivió Jesucristo y la Sagrada Familia. Las explicaciones del guía nos tenían que llevar por nuestro camino de fe, cultura e historia a lo largo del Antiguo y el Nuevo Testamento.
Treinta y ocho personas formaron este grupo pionero de peregrinajes a Tierra Santa, compuesto por cooperadores, hombres y mujeres, algunas personas de la Obra, amigas y amigos, siete matrimonios, dos de ellos con hijas pequeñas, y un sacerdote, padre Rubèn, que celebró misa cada día y nos meditó comentarios de los evangelios en los lugares más emblemáticos de los pueblos por los cuales discurrió la vida de Jesús.
Una vez formado el grupo era importante dar instrucciones precisas de como funcionar: estar pendiente de las orientaciones del encargado y del guía por no entorpecer el funcionamiento del resto del grupo, y había que levantarse pronto e ir a la cama pronto por así llegar de los primeros a los lugares y no tener que hacer horas de colas.
Día 1 – Aterrizaje al aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv a las ocho del anochecer. Controles de entrada en el país. Recogida de maletas. Encuentro con Ronit, la guía. Hagamos noche en Tel Aviv.
Día 2 – El segundo día nos dirigimos hacia Galilea. Durante el viaje la guía, que nos acompañó a lo largo de estos siete días por los lugares santos, nos iba dando todo tipo de explicaciones históricas, culturales, geográficas y anecdóticas de los lugares por donde pasábamos, con abundantes referencias al Antiguo y Nuevo Testamento.
Llegamos a Tiberíades y de allí en Nazaret para visitar la Basílica de la Anunciación donde nos incorporamos al rezo del Ángelus con los sacerdotes que lo cantaban. Misa en la Iglesia de la Sagrada Familia. Después visita a Canà, donde los siete matrimonios renovaron sus compromisos matrimoniales. Dos de ellos habían celebrado hacía poco sus bodas de oro.
Día 3 – Cruzamos en barco el Mar de Galilea y nos dirigimos a la montaña de las Bienaventuranzas, lugar del sermón de la montaña. Vamos a Cafarnaüm, pueblo de Sant Pere y lugar donde se estableció Jesús cuando salió de Nazaret, allí pudimos ver el lugar donde estaba situada su casa. Después a Tabgha, lugar del milagro de la multiplicación de los panes y los peces. Misa al aire libre al altar del lago. Por la tarde fuimos al final del mar de Galilea donde sigue el curso del río Jordán, y a Yardenit, lugar donde Jesús fue bautizado por San Juan Bautista, renovamos las promesas del Bautismo.
Día 4 – Salimos de Galilea y vamos a Judea. Paramos en la montaña Tabor, lugar de la Transfiguración. Entramos en Belén, lugar del nacimiento de Jesús y visita en el Campo de los Pastores. A la Basílica de la Natividad celebramos la santa Misa. De aquí nos dirigimos a Jerusalén, donde llegamos a media tarde.
Día 5 – Jerusalén es otro lugar lleno de encuentros insospechados. Iniciamos el recorrido por la montaña de los Olivos y, a pie fuimos bajando hasta el Valle del Cedrón pasando por el lugar de la Ascensión, en este trayecto enseñó la oración del Padrenuestro, y lloró por Jerusalén, hasta llegar al Huerto de los Olivos donde se encuentra la Basílica de la Agonía dentro de la cual hay una enorme roca identificada como el lugar en el cual Jesús a solas, hizo la oración al Padre. Celebración de la eucaristía. Visita a la Tumba de Maria, la Gruta de Getsemaní e Iglesia de la Dormición de Maria. Acabamos el día visitando el Cenáculo, lugar de la Última Cena, y la casa de Caifás, lugar en el cual Pere negó a Jesucristo por tres veces y la prisión en la cual estuvo cerrado Jesús la noche del jueves santo al viernes santo.
Día 6 – De buena mañana, iniciamos el recorrido de las 14 estaciones del Via crucis pasando por lugares como el patio de la Torre Antonia (Lithóstrotos), donde Jesús fue azotado, coronado de espinas y donde los soldados se repartieron sus vestiduras. Finalizamos en el interior de la Iglesia del Santo Sepulcro donde celebramos la Eucaristía y pudimos besar la losa en la cual depositaron el cuerpo de Jesús antes de su sepultura, un trozo de la piedra que tapaba el sepulcro y la roca del Calvario en la cual fue colocada la Cruz de Jesús. Por la noche volvimos a la Basílica de Getsemaní para participar lo la Hora Santa que organizan los padres franciscanos.
Día 7 – El último día, de buena mañana, volvimos a la Basílica del Santo Sepulcre para poder celebrar la eucaristía en el Calvario.
Finalizamos la peregrinación en Abu Ghosh, un poblado a medio camino entre Jerusalén y Emaús, con el fin de visitar las instalaciones de Saxum: centro de orientación e información para peregrinos que acuden a Tierra Santa. Saxum también promueve la iniciativa cultural Camino de Emaús en la cual están trabajando conjuntamente con las autoridades políticas de Israel.
Finalizada la visita nos fuimos al aeropuerto para volver hacia Barcelona.